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He aprendido que no puedo hacer que alguien me ame,
solo convertirme en alguien a quien se pueda amar; el resto ya
depende de los otros.
He aprendido que
por mucho que me preocupe por los demás, muchos de ellos no se
preocuparán por mi.
He aprendido que
puede requerir años para construir la confianza y únicamente
segundos para destruirla.
He aprendido que
lo que verdaderamente cuenta en la vida, no son las cosas que
tengo alrededor sino las personas que tengo alrededor.
He aprendido que
lo más importante no es lo que me sucede sino lo que hago al
respecto.
He aprendido que
hay cosas que puedo hacer en un instante que ocasionan dolor
durante toda la vida.
He aprendido que
es importante practicar para convertirme en la persona que yo
quiero ser.
He aprendido que
es muchísimo más fácil reaccionar que pensar...y más
satisfactorio pensar que reaccionar.
He aprendido que
siempre debo despedirme de las personas que amo con palabras
amorosas; podría ser la última vez que los veo.
He aprendido que
puedo llegar mucho más lejos de lo que pense posible.
He aprendido que
soy responsable de lo que hago, cualquiera que sea el sentimiento
que tenga.
He aprendido que
o controlo mis actitudes o ellas me controlarán a mi.
He aprendido que
aprender a perdonar requiere mucha práctica.
He aprendido que
por bueno que sea el buen amigo, tarde o temprano me voy a sentir
lastimado por él y debo saber perdonarlo por ello.
He aprendido que
no siempre es suficiente ser perdonado por los otros; a veces
tengo que perdonarme a mi mismo.
He aprendido que
por más apasionada que sea la relación en un principio, la
pasión se desvanece y algo más debe tomar su lugar.
He aprendido que
con los amigos podemos hacer cualquier cosa --o no hacer nada-- y
tener el mejor de los momentos.
He aprendido que
simplemente porque alguien no me ama de la manera en que yo
quisiera, no significa que no me ama a su manera.
He aprendido que
la madurez tiene más que ver con las experiencias que he tenido
y aquello que he aprendido de ellas, que con el número de años
cumplidos.
He aprendido que
la verdadera amistad --y el verdadero amor-- continua creciendo a
pesar de las distancias.